“Marcando el ritmo al caminar”, cantaba un jovencísimo Diego Frenkel desde el primer disco de La Portuaria y mientras la década del ’80 se preparaba para pasar a mejor día. Y algo de eso podría decir cualquier escucha atento haciendo referencia a Lloyd Brevett. ¿Literalmente? Sí, pero también a partir de esos bajos (contrabajos) descomunales que supo poner en los Skatalites, banda jamaiquina de ska de la que era uno de sus fundadores.
La mala nueva es la noticia que trascendió en la mañana de ayer y que da cuenta de su fallecimiento. Así, a los 80 años de edad murió uno de los padres del ska (sí, porque los Skatalites pueden jactarse de ello). En los últimos días había sido hospitalizado tras sufrir un ACV. Según pudo saberse su salud comenzó a deteriorarse tras la muerte de su hijo Okene, en la madrugada del 26 de febrero de este año, y después de participar los premios Jamaica Reggae Industry Association Awards (JaRIA) en el Emancipation Park donde recogió un premio en nombre de los Skatalites.
Como se sabe The Skatalites tienen sus raíces en el Alpha Boys' School, colegio católico que acogía a huérfanos y chicos problemáticos de Kingston y alrededores. Detrás de él un grupo de monjas (alguna similitud con The Blues Brothers es pura coincidencia) alentaban clases de música a las que se apuntaron varios miembros del futuro grupo: los saxofonistas Tommy McCook y Lester Sterling, el trombonista Don Drummond y el trompetista Johnnie Moore. Post escuela sus primeros pasos los dieron en el circuito turístico hasta que sus vidas se cruzaron con las del teclista Jackie Mittoo, el guitarrista Jerry Hinds, el bajista Lloyd Brevett, el baterista Lloyd Knibbs y el saxofonista Roland Alphonso. Y el nombre que escogieron para la banda es polisémico: el ska se bailaba por toda la isla, los satélites estaban de moda por la carrera espacial y el concepto ital (que significa "natural") era recurrente en la jerga rastafari, religión a la que pertenecían varios de los músicos.
Nada volvió a ser igual tras los Skatalites, por eso se extrañará tanto al bueno de Lloyd.